Partimos con los horarios de clase del primer semestre… Tanto en la casa como en el colegio.
Mis hijas iniciaron su año académico la semana pasada pero esta fue como si fuera la primera normal.
Llevaron cuadernos nuevos, les entregaron sus nuevos libros de estudio y comenzaron con horarios normales.
Mientras tanto en mi trabajo iniciaron las clases de mis alumnos y docentes lo que ha significado para mí tener que llegar lo más temprano posible a la sede y apoyar en toda la logística relacionada. (Tengo más de mil estudiantes.)
Entonces por la mañana voy rápido a dejar a mis hijas mayores, al colegio que queda un poco lejos de mi casa, y luego me voy a la oficina. Y mi señora me reclama que por qué ando rápido en el auto o que por qué he estado llegando tarde del trabajo casi todos los días. Y el tráfico de vehículos es intenso.
Los inicios de semestre son fuertes. Dicen que el jefe anda averiguando si le hemos dado toda la información necesaria a los nuevos docentes. En cualquier minuto alguien aparece con un nuevo problema y a ratos me siento poco apoyado pero no importa. Se ha hecho lo que se puede.
Por ejemplo ayer una estudiante apareció en mi oficina y aunque la atendí muy bien y se fue aparentemente conforme al rato estaba reclamando en la oficina de mis jefes.
No se, me sentí traicionado por la estudiante. Creo que si uno no queda conforme y quiere escalar un reclamo puede hacerlo pero encuentro que debería avisar al menos que uno no quedó conforme. En fin. Son personas que se están formando y entiendo la angustia cuando no obtienen la respuesta inmediata que quizás esperan pero me dio un poco de lata en el momento.
En paralelo a ciertas organizaciones externas se les ocurrió iniciar todo esta semana. Cosas que pueden ser perfectamente en la siguiente pero por alguna razón quieren todo de inmediato.
Y ahí estamos. Respirando. Meditando. Fallando a veces. Quizás más de las que quisiera pero también avanzando.
A veces como mal. A veces mejor. De repente su sobredosis de pan en algun café de bienvenida. De repente su completo a la pasada.
Hoy viernes he fallado en mi rutina diaria. No partí con ejercicio. No inicié meditando. No me incorporé de inmediato a las 5. No me resistí a mirar las redes sociales como primera acción del día y se me echó a perder la bicicleta.
Pero siempre se puede respirar profundo y retomar el rumbo. Porque el camino es largo y tenemos los medios para recorrerlo.
Es la primera semana y todos queremos sobrevivir a ella de la mejor forma posible.
Y es como si hubiera pasado un mes entero en solo 5 días.
Pero vamos que se puede. Si andas por acá te invito a suscribirte y a compartir o comentar cómo ha sido tu primera semana.
Yo luego de escribir esto me fui a mi ducha de agua fría. Son solo dos minutos y ahí sí que no he fallado y espero que hoy no sea el día en que corte esa rutina. Te la recomiendo 100%.
De todas formas la diferencia entre este y el inicio de años anteriores es que ahora he estado entrenando duro en mi desarrollo tanto personal como profesional y eso me ha dado herramientas para retomar el camino y seguir avanzando. Aunque falle a ratos también siento que he avanzado un montón.
Pero de eso te hablaré otro día. Ahora me voy porque debo seguir trabajando y produciendo para mi empleador principal.
Ando exactamente en los mismos temas...sin embargo he aprendido a respirar y aceptar que todo es perfectible. Que si fallo o me equivoco es algo que me permite mejorar...diste un tiempo en mis quehaceres de solicitudes y eso me dio un empujón de energía.Gracias Nelson.
También com más de 1000 almas ansiosas y llenas de dudas, trabas, trancas.
Nadie dijo que la educación desde la oficina sería fácil.
Un abrazo y vamos por una mejor jornada.